domingo, 28 de septiembre de 2008
martes, 23 de septiembre de 2008
Renovarse o Morir
Por Carlos Martínez Alonso
Madrid, España.
Frente al envejecimiento biológico y social necesitamos estructuras innovadoras que potencien e incorporen la creatividad, la vitalidad y visión de la juventud.
En la clase política estamos acostumbrados a los dirigentes de edad avanzada y a los consejos de sabios con larga experiencia, y quizá por eso no percibimos el problema. No obstante, el envejecimiento tocará de lleno a la gestión de los asuntos públicos, modificará muchas convenciones sociales y volverá insostenible el concepto tradicional de "jerarquía", muy vinculado a la edad.
En el pasado, las jerarquías iban indisolublemente asociadas al ciclo de la vida: pensaban y lideraban los ancianos, daban órdenes los mayores, obedecían los jóvenes. Mantener tal división de tareas en el futuro resultaría simplemente irreal. Con la amplificación que permiten las nuevas tecnologías, las buenas ideas ya no necesitan de la aprobación de un superior para abrirse paso y fascinar al mundo. Han sido jóvenes emprendedores quienes han puesto en el mercado muchas de las tecnologías que están redefiniendo nuestra era. El talento, simplemente, no se puede ocultar ni autorizar en función del escalafón laboral o social que uno ocupa. No está conforme si queda sujeto a una edad.
En el campo concreto de la ciencia, necesitamos que los más jóvenes se incorporen al mundo de la investigación: para que avancen en descubrimientos médicos y para que nos recuerden constantemente la necesidad de transgresión. La juventud por sí sola no es garantía plena de éxito ni de progreso, pero parece a todas luces componente imprescindible del mismo. Ya lo dijo Johann W. Goethe: "Debemos cambiar, renovarnos, rejuvenecer continuamente. En caso contrario, nos volvemos inflexibles". ¿Qué sería de nosotros con una ciencia inflexible?
viernes, 12 de septiembre de 2008
Es sorprendente la vida
Nada está escrito...
Hasta lo que nos parece irracional, lo que nos parece que nunca va a pasar, pasa. Tenemos que estar preparados al abanico de posibilidades que nos muestra la vida, porque es más difícil decidir cuando se nos presentan dos oportunidades que nos llenan, que nos gustan, que nos seducen, porque decidir por una significa renunciar, abandonar y dejar de vivir una vida que soñamos como nuestra para vivir otra que también nos pertenece.
¿Estoy preparada para cuando se me presente esa oportunidad que pienso que nunca se me va a presentar ?
Puede ser, y solo el hecho de saber que esa opción que nunca pense que pasaría puede suceder, me llena de asombro, la vida es sorprendente.