Fuí niña tranquila, curiosa, solitaria
crecí
me convertí en mujer quien sabe cuándo ni dónde
pero no en el momento que mi cuerpo se inundó de tí
volví a crecer
mi cuerpo se siguió inundando de otros cuerpos
de otras manos y de otra piel
que ya no era la tuya
Mi cuerpo sintió la más embriagante de las pasiones
la urgencia de la mañana
el delirio de la necesidad
pero también sintió el desencanto, el engaño
y la soledad
y aprendió a mentir, a engañar
a abandonar
Mi cuerpo conoció el deseo sin amor
y el amor sin deseo
y ninguno le llenó
Mi cuerpo se sintió deseado
y explotó
una vez, otra vez y una vez más
por quien le dió una noche, por quien le dió una época
por quien le dió un momento, un impulso
un instinto
un manifiesto de amor
lunes, 26 de mayo de 2008
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