Cómo iba a imaginarse este compositor alemán del siglo XVII que cuatro siglos después, en un país tan pequeño y de otro continente, se iba a estar escuchando su primera Cantata por un grupo de adultos jóvenes reunidos por un encuentro, no tan casual, que es el recibimiento de un amigo después de un viaje de dos semanas. ¿Cómo iba a imaginarse que ese grupo de adultos jóvenes con potencial real de hacer cambios tangibles en ese país iba a estar escuchando su composición con una mesa llena de cerveza pílsener, comiendo pupusas y hablando sobre campaña electoral? Será que estamos en el reino de lo posible? Será que en ese reino llamado El Salvador cabe esa posibilidad de poder transformar la realidad donde las oportunidades de hacer un cambio de clase social es casi nulas para la mayoría de población, donde el salario mínimo no alcanza para satisfacer las necesidades básicas, donde se realizan aproximadamente 10 homicidios diarios, donde el país se mantiene por las remesas de personas que salieron huyendo de él porque la supervivencia no es sostenible? En un país donde el gobierno esta conducido por el que mejor marketing de campaña hizo y maneja el país cual propiedad feudal...
¿Que determina el reino de lo posible? Y me refiero a reino a aquel lugar o a aquel país en donde existan las oportunidades para trabajar y ganar un salario que permita vivir bajo las condiciones en que un ser humano tiene que vivir, donde el estado vele por sus ciudadanos y les garantice acceso a los servicios básicos: agua, luz, educación, salud y diversión, en función del ser humano y no en función de la mercancía a obtener, un reino donde esta mercancía se transforme de valor de cambio a valor de uso, pues hay cosas que no son intercambiables, pero solo por el hecho de no generar ganancia directa no es condición suficiente para suprimirlas o anularse ya que son la base para la construcción de lo que debería ser una nación, donde el mejor garante es el “Estado de bienestar” para todos los ciudadanos.
El reino de lo posible lo determinan las “acciones posibles” que hacen que el manejo de “la cosa pública” se encauce y se hagan en función de los ciudadanos y no al contrario, el reino de lo posible lo hacen los ciudadanos que no solo sueñan con esa idea sino que hacen acciones concretas, que se organizan, que participan como agentes de cambio, que buscan con la alternancia legislativa, el medio para lograrlo porque no es posible continuar con una forma de hacer política donde el 90% de la población queda excluida de los beneficios de un país, no es posible la transformación social, económica ni educacional si se pretende lograrlo con las mismas ideas, premisas y acciones ya que bien dicen por ahí que la “definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar obtener diferentes resultados”.
Pues así como fue posible comer pupusas, tomar pílsener y escuchar a Bach al mismo tiempo, es posible un cambio en la política, solo se necesita de un agente cohesor para que converjan todos los factores.
¿será posible?